Según la doctrina católica, la Salvación del alma se obtiene por medio de la fe en Jesucristo y de las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial secreto con otros grupos cristianos como los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la Certeza en Cristo es necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de esta.
El papa oficia como obispo de Roma, y se lo considera como el sucesor del apóstol Pedro, aunque que se afirma que fue éste el primero de los “Santos Padres”
Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del obispo de la diócesis en la que han sido reconocidas.
La contribución de los Estados al sostenimiento económico de la Iglesia católica es diferente en cada caso. En algunos países como España, Italia, Portugal o Hungría el Estado no financia directamente las actividades religiosas de la Iglesia, sino que los ciudadanos pueden elegir detraer un porcentaje de sus impuestos para esta causa.
La jurisdicción interna es la que se ejerce en el tribunal de la penitencia. Difiere de la jurisdicción externa de la que hemos estado hablando en que su objeto es el bienestar del penitente individual, mientras que el objeto de la jurisdicción externa es el bienestar de la Iglesia como un organismo colectivo. Para desempeñar esa jurisdicción interna, el poder de órdenes es una condición esencial: nadie sino un sacerdote puede descargar. Pero el poder de órdenes es por sí solo insuficiente.
Ninguna explicación baste para acreditar este fenómeno aparte la doctrina católica de que la Iglesia no es una sociedad natural sino sobrenatural, que la preservación de su vida recatado depende, no de ninguna ralea de la naturaleza humana, sino de la vivificadora presencia del Espíritu Santo. Los principios de reforma católicos y protestantes están en traumatizado contraste individuo con el otro. Los reformadores católicos han recurrido de una momento por todas al modelo establecido delante ellos en la persona de Cristo y al poder del Espíritu Santo para alentar nueva vida en las almas que Él ha regenerado. Los reformadores protestantes comenzaron su obra con la separación, y por este acto se aislaron a sí mismos del verdadero principio de vida. Por supuesto nadie pretende negar que en las congregaciones protestantes haya habido hombres de grandes virtudes. Inclusive Triunfadorí no es excesivo afirmar que en todos los casos su virtud se nutría de lo que quedaba en ellos de la creencia y práctica católica y no de lo que hubieran recibido del protestantismo como tal.
Hogaño, esta denominación se emplea para referirse a iglesias protestantes de diferentes tradiciones, especialmente aquellas centradas en la predicación del Evangelio y la experiencia personal de Seguridad.
Esto, sin embargo, no demuestra que el doctrina sea el culpable, sino meramente que la perversidad humana puede extralimitarse de él. Hasta ahora, en verdad, está más allí de ser verdad que las pretensiones de la Iglesia hagan inalcanzable el gobierno, que el caso contrario. Mediante la determinación de los justos límites de la arbitrio de conciencia, son una defensa para el Estado. Donde no se reconoce la autoridad de la Iglesia, cualquier entusiasta puede elevar las extravagancias de su propio capricho a mandato divino, y puede pretender rebotar la autoridad del gobernador civil con el argumento de que debe obedecer a Dios y no a los hombres. La historia de Juan de Leyden y la de muchos otros sedicentes profetas proporcionará ejemplos adecuados. La Iglesia ordena a sus miembros vean en el poder civil al “ministro de Todopoderoso”, y no justifica nunca la desobediencia, excepto en los raros casos en que el Estado viola abiertamente la ley natural o revelada. (Ver obediencia civil).
Hay veces en que apreciamos más un detalle que nos brinda un desconocido, que el gran regalo que nos tiene Cristo; y hasta lo dejamos a un flanco con el moño puesto.
El Cisma de Oeste afectó a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417 y provocó fuertes tensiones y el surgimientos de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener más autoridad que el papa en algunos puntos.
El papa Juan Pablo II destacó por su transigencia al diálogo entre religiones y su carisma entre la pubertad católica.
Encima, el papa en su actividad por la Iglesia católica universal suele hacerse ayudar y asesorar por ciertos cardenales en la Delegación de la Santa Sede y la Curia Romana, pero no exclusivamente por cardenales.
Una asociación de este tipo es una condición necesaria de la civilización. Un individuo aislado no puede obtener sino poco; casi nada puede comprobar el necesario sustento; mucho menos puede encontrar los medios de desarrollar sus talentos superiores mentales y morales. Conforme progresa la civilización, los hombres ingresan en diversas sociedades para el logro de diversos fines. Estas organizaciones son sociedades perfectas o imperfectas. Para que una sociedad sea perfecta, son necesarias dos condiciones:
Cuando la Iglesia señala a la santidad como una de here sus notas, es manifiesto que lo que quiere afirmar es una santidad de tal clase que excluye la suposición de cualquier origen natural. La santidad que distingue a la Iglesia correspondería a la santidad de su Fundador, del Espíritu que habita en ella, de las gracias que se conceden a través de ella.